Cuando mi abuela me enseñó a hacer punto hace muchos años atrás, me daba curiosidad saber si se trataba solo de un hobbie o si esa práctica llevaba oculta alguna cuestión más que yo no era consciente. En esa época me pareció aburrido, inútil y que no tenía el “talento” como tal para hacerlo.
Unos años más tarde, durante una crisis de estas que pasamos por la vida, se me dio por hacer manualidades en casa. Compraba las revistas de bricolaje o grababa programas de televisión donde enseñaban a hacer distintas manualidades. Se convirtió en algo así como un bonito “vicio”. Fue la época en la que llené a mis amigos, a mi familia y todo mi casa de objetos extraños, algunos de ellos inútiles, con mi marca personal.
Ahora de más mayor, comprendí por qué mi abuela hacía punto constantemente. Y es que el hecho de hacer punto o manualidades se convierte en un desafío a diario, ya que nunca sabes si serás capaz de tener un resultado final bonito y acorde a lo que tu mente está imaginando que podrá crear. Además de esto, es una actividad mental en la que una vez que le coges el truco no hace falta pensar, sino que va saliendo automáticamente con un resultado que se materializa. Al final te sientes artista, sientes que eso que has traído al mundo a través de tus manos, es tu forma de expresarte.
A mi ,además de ayudarme a dejar de pensar, me ayudó mucho a quitarme el estrés y la ansiedad en momentos muy puntuales de mi vida. Hoy en día sigo haciendo manualidades y punto y en mi casa saben perfectamente que si tengo un día malo, me encerraré en mi propia habitación en silencio, con música o con la televisión de frente y mis agujas de tejer sin móviles, sin relojes y con una sensación increíble en la que se ve el tiempo desaparecer.
Es como si todo el planeta se detuviera y lo único que me importara sea terminar ese objeto, ese punto o esa manualidad que estoy creando. Desde luego que es un ejercicios excelente para dejar de pensar, y descansar el cerebro y mejora muchísimo la concentración ya que no hay nada más alrededor que te pueda distraer de tu momento creativo. Les recomiendo que lo prueben alguna vez y con suerte, se vuelvan “adictos” al punto y a las manualidades.
RESPUESTA PROFESIONAL:
Efectivamente el punto y las manualidades tienen un efecto muy similar a la meditación en la que nuestro sistema nervioso activa nuestra parte “parasimpática” se relaja, se reduce el estrés por completo y se combate distintos tipos de enfermedades generadas por ellos.