Prótesis mamarias ¿Qué hacer tras el aumento de pecho?
Una de las operaciones de estética más realizadas es el aumento de pecho mediante prótesis. Tras esta operación, los resultados de un busto realzado son visibles inmediatamente, pero las prótesis que se han implantado en el pecho requieren de revisiones periódicas para prevenir su deterioro. Es muy importante llevar una rutina de prevención, ya que la rotura de una prótesis de silicona puede ser muy perjudicial para la salud de la mujer.
La Resonancia Magnética mamaria es actualmente el método más recomendado para llevar un control correcto de las prótesis mamarias, que debe realizarse una vez al año. Esta prueba diagnóstica es la más sensible para detectar todo tipo de lesiones y roturas en la prótesis que otras pruebas no son capaces de localizar. Se realiza mediante una técnica indolora, inocua, que no provoca reacciones adversas y no requiere contrastes, por lo que es el procedimiento menos invasivo para el diagnóstico y control del estado de prótesis mamarias.
Todas las prótesis que se implantan en los senos para su aumento se desgastan con el paso de los años, aumentando el riesgo de roturas de las mismas, que normalmente no presentan síntomas pero pueden ser muy perjudiciales para la salud y en caso de suceder debe retirarse la prótesis de inmediato. Con el desgaste del tiempo, el riesgo medio de rotura de la prótesis es del 62% a los 10 años de su implantación, 71% a los 15 años y hasta del 95% a los 20 años. Además pueden producirse roturas también por lesiones, fuerte presión o cambios significativos en la mama. Debido a estos riesgos, es necesario realizar una resonancia magnética anual para actuar con la mayor previsión y rapidez. En caso de roturas en la prótesis, la Resonancia Magnética es capaz de detectar claramente las partículas de silicona desprendidas y aportar el diagnóstico más seguro sobre el estado y desgaste de las prótesis mamarias.