Se trata de una de las grandes preguntas que nos hacemos siempre en época estival. Normalmente solemos coger aquellas gafas de sol que mejor combinan con nuestro estilo y prendas pero luego tenemos inquietud sobre si están preparadas para protegernos adecuadamente.
Debe recordarse que no sólo en verano hay que utilizar gafas de sol, sino también el resto del año aunque los factores de riesgo sean menores. Cuando hay mal tiempo las nubles bloquean los rayos solares pero siempre hay días donde el impacto es notable así como la existencia de una gran luminosidad que puede ser molesta para la vista. O por ejemplo cuando estamos al volante. A la hora de conducir siempre es recomendable utilizar gafas de sol polarizadas ya que con ellas se consiguen reducir los reflejos provocados por la luz solar. Esos destellos pueden ser molestos cuando se está en movimiento y perjudicar a la conducción.
Cuando nos exponemos excesivamente a los rayos ultravioletas estamos entrando en un estado de riesgo para nuestros ojos. Se consigue dañar la retina, haciendo que la degeneración sea mucho más elevada. No sólo se causa un problema sino que se produce una aceleración del proceso de envejecimiento, debilitando los ojos y haciéndolos más proclives a la pérdida de visión.
Otra de las enfermedades asociadas a la exposición masiva de rayos de sol son las cataratas. Expertos médicos y oftalmólogos creen que existe una relación entre ellas y el número de horas que una persona se expone a la luz solar. También la aparición de manchas en el globo son causadas por no tener la protección adecuada.
Cómo saber si mis gafas de sol son buenas
Unas malas gafas de sol son muy perjudiciales para la vista ya que están dilatando la pupila pero en realidad no están deteniendo el paso de los rayos solares, lo que provoca un mayor impacto en el ojo consiguiendo que el daño sea más grave. De ahí que sea importante tener siempre claro el tipo de producto que se está utilizando.
Cualquier tipo de gafa es buena siempre que cumplan con las normativas y estén homologadas. Normalmente llevan un distintivo con las letras CE que indican la validez de las mismas. Por eso no importa el lugar donde se compren, siempre que se cumpla con lo establecido. Eso sí, si no tienes seguridad sobre su procedencia, si realmente están cumpliendo y protegen adecuadamente, lo mejor es acudir a una óptica y llevar a cabo una revisión oftalmológica en Barcelona, Zaragoza, Madrid o allí donde te encuentres para comprobar que cumplen con los requisitos.