La menopausia es época de cambios y para la mayoría de la mujeres una etapa difícil que le plantea inseguridades, incomodidades y también falta de deseo sexual. Esto puede hacer entrar en una etapa en la que se esté baja de ánimo e incomprendida en muchos casos.
La menopausia
Muchos factores y cambios que pasa la mujer cuando llega a esta etapa de la vida hacen posible que no se tenga ganas de hacer muchas cosas, entre ellas las relaciones sexuales.
Los cambios hormonales, la deficiencia de estrógenos que se da en la menopausia, el adelgazamiento de los tejidos de las paredes vaginales, la sequedad, que produce irritación y los calores y sudores, son motivos suficientes para que los contactos sexuales se vuelvan dolorosos y cada vez más espaciados. Si a estos síntomas, le sumamos la irritabilidad y la inseguridad, tenemos un cúmulo de circunstancias que alejan a la mujer del deseo sexual.
Si enumeramos uno por uno los trastornos que la menopausia puede ocasionar a la mujer, no es de extrañar sentir cierta inquietud, pero hasta ahí, las malas noticias.
Vida sexual durante la menopausia
Pero tranquila, si estás pasando ahora mismo por esta fase en tu vida y te has sentido identificada en los síntomas que hemos descrito, no te preocupes, que todo se puede solucionar. Por ejemplo, el médico puede prestar la ayuda necesaria para tener una vida más saludable, que se adapte a estos cambios, mediante nuevos hábitos y medicación.
Las Terapias de Reemplazo Hormonal (TRH), han supuesto un excelente aliado para transformar la vida sexual durante y después de la menopausia. Son la combinación del estrógeno natural, estradiol, con progestina drospirenona. Esta unión ha supuesto un estimable beneficio a la hora de restablecer el balance hormonal; evitar la sequedad; favorecer la eliminación de líquidos; mejorar el aspecto de la piel y el cabello ya, que aumenta el colágeno, reducir los sofocos , aumentar la pérdida de peso, prevenir la osteoporosis…en resumen, que si la lista de problemas era larga, no lo es menos la lista de mejoras que podemos obtener gracias a la TRH y al cambio de hábitos y alimentación.
Todo esto tiene como consecuencia que el bienestar recuperado aumente el deseo sexual y se restablezca la antigua predisposición para los encuentros amorosos.
Hay que tener muy presente que por mucho tratamiento hormonal con el que se pueda tratar a la mujer, es necesario asumir los cambios, reducir los temores, comunicarse y tratar de disfrutar esta nueva etapa de la vida y sacar partido de la experiencia acumulada también en el sexo.