Todos y cada uno de nosotros nacemos con Presencia. Es la cualidad más esencial del ser humano. Los niños son maestros del momento presente, ellos siempre viven en el aquí y en el ahora. El caso es que muchas veces con el paso de los años la vamos perdiendo y acabamos por tener nuestra cabeza repleta de pensamientos y preocupaciones que en nada ayudan a estar presente.
La Presencia no tiene que ver con la presencia física, sino con estar plenamente enfocado en el aquí y ahora. Estar 100% por y para tu hijo sin que te distraigan pensamientos o tareas cotidianas. A veces ocurre que el día a día nos “arrastra” y cuando estamos con nuestro/s hijo/s, aprovechamos también para contestar un “whatsup”, o estamos pensando qué vamos a hacer para cenar, o le damos vueltas a algún problema de trabajo que nos preocupa…en esos casos podemos estar seguros de que no estamos presentes.
¿Para qué es importante estar presente?
La presencia tiene una importancia sublime en todas las relaciones, y sobre todo a la hora de relacionarnos con nuestros hijos. Esta es una habilidad que consideramos básica para todos los padres: sin presencia, nada más puede existir. La presencia es una habilidad fundamental para establecer una conexión potente con tu hijo, por este motivo es la primera habilidad que explicamos en nuestros talleres de coaching para padres. Si no estás presente, nada importante va a pasar. La presencia te permite crear un espacio de intimidad para poder conectar con tu hijo y hacerle visible, conocerle de verdad.
El precio que pagamos por no estar presentes es, sin darnos cuenta, muy elevado! Nos perdemos vivir, experimentar, sentir lo que está pasando en ese momento con nuestros hijo. Un momento que está pasando y no volverá jamás… Se trata de saber soltar todo el equipaje necesario de la mente y estar plenamente enfocado y disponible para tu hijo. Cuando estoy presente, puedo controlar mi atención y la puedo enfocar en lo que yo quiero como, por ejemplo, en jugar con mi hijo cuando llego a casa, o escucharle cuando me está contando algo que es importante para él.
Como ya he comentado más arriba, los bebés y los niños pequeños están presentes casi todo el tiempo de manera natural. Por este motivo tenderán a escuchar y a responder a los padres que también estén presentes para ellos. Unos padres que están presentes hacen que sus hijos se sientan queridos y seguros.
La habilidad de estar presente es algo que se puede ejercitar y se puede mejorar porque todos tenemos esa capacidad, sólo hay que “hacer músculo”. Evidentemente nadie puede estar siempre presente (y tampoco se trata de eso) sino de estar presente cuando quiero estar presente. Para ello es importante controlar la mente porque el pensamiento nos saca de la presencia. Cuando en una conversación estás pensando, no estás presente. Y eso se nota! La presencia tiene que ver con sentir, experimentar, estar en el cuerpo (y no en la mente)
“Ser incapaz de dejar de pensar es una enfermedad terrible, pero no nos damos cuenta de ella porque casi todo el mundo la sufre y se considera algo normal”
Eckhart Tolle- El poder del ahora
Por último, quiero aludir a una cita de Catherine L’Ecuyer que explica de forma muy clara los distintos ritmos de los niños (viven en el presente) y los adultos (pasado y futuro):
– ¿Qué quieres decir, Elisa? – Pues cuando llegamos a casa por la tarde me dices que tengo que estar haciendo mis deberes. Cuando hago mis deberes me dices que tendría que estar en el baño. Cuando salgo del baño me dices que tendría que estar cenando. Cuando ceno me dices que tendría que estar en la cama.
Entonces, cuando estaba en el coche, ¿Dónde tenía que estar?»
Imagen cortesía de Photostock en FreeDigitalPhotos.net