Estudio biomecánico. La importancia de andar bien.
Todos sabemos los beneficios derivados de seguir unos hábitos de vida saludables, cuidando la alimentación, y evitando el sedentarismo. En este sentido, caminar se nos presenta como una actividad perfecta para mantenernos en forma de manera cómoda, sea cual sea nuestra condición física, o edad. No obstante, es importante prestar atención al modo en que caminamos, ya que, hacerlo de manera incorrecta puede, no solo limitar los efectos beneficiosos de esta práctica , sino incluso tener serias consecuencias para nuestra salud.
En primer lugar, hemos de cuidar el calzado que utilicemos, de manera que se adapte correctamente al pie, sin provocar ningún tipo de rozadura, algo que podría obligarnos a apoyar el pie de manera incorrecta. El calzado además debería aportar firmeza, sin que por ello deba ser limitada la movilidad, así como absorber completamente los impactos contra el suelo producidos en cada paso. Además debe transpirar de manera adecuada, algo fundamental para evitar diferentes afecciones en nuestros pies.
Es importante señalar que cada persona apoya el pie de una manera diferente. En este sentido, es aconsejable la realización de un estudio biomecánico que determine las particularidades de nuestra pisada. Sólo así podremos detectar posibles anomalías que aunque no nos provoquen molestias, con el tiempo podrían tener serias consecuencias, como desgaste articular, lesiones musculares, o incluso patologías como artrosis.
Para corregir estas anomalías, la mayoría de las ocasiones será suficiente con el uso de plantillas específicas, las cuales corregirán la forma en que el pie apoya, eliminando de raíz estos problemas.
Es frecuente que se nos advierta de la importancia de mantener una postura adecuada cuando estamos sentados, algo que deberíamos aplicar de la misma forma cuando caminamos. La espalda debe permanecer recta en todo momento, pero nunca de manera forzada o antinatural ya que podríamos sufrir contracturas.
Un buen consejo puede ser situarnos de espaldas a una pared, y apoyar en ella tanto la cabeza como los hombros, manteniendo los pies separados y a unos centímetros de la pared. Deberíamos mantenernos en esa posición unos minutos, tras los cuales deberemos comenzar a caminar sin perder la postura. Si repetimos este ejercicio cada día, poco a poco aprenderemos a adoptar la postura correcta de manera natural.
Tenemos que ser conscientes de caminar de manera incorrecta no tendrá sólo consecuencias sobre nuestros pies, sino que afectará a todo el organismo. Una mala pisada provocará tensiones indebidas en tobillos y rodillas, que pueden repercutir incluso en la zona lumbar. Del mismo modo, caminar encorvados, puede tener serios efectos sobre nuestra espalda, haciendo que cada paso repercuta sobre la columna, multiplicando los efectos nocivos de esta mala postura, provocando dolores de espalda o incluso desviaciones de columna.
Prestando un mínimo de atención a estas pautas, disfrutaremos completamente de los beneficios de un hábito tan saludable como caminar, evitando cualquier posible complicación.