¿Qué son los pólipos en el intestino?
Los pólipos intestinales son masas delimitadas que se producen principalmente en el revestimiento del colon o del recto, sobresaliendo. Normalmente estos pólipos son benignos, sin embargo hay que cuidarlos y controlarlos para que no se vuelvan problemáticos. Los pólipos que sean inferiores a un centímetro no tienen riesgo ninguno, sin embargo los que son superiores a un centímetro sí tienen un cierto riesgo de que termine en cáncer.
Los pólipos en el intestino grueso suelen ser más frecuentes que los del intestino grueso.
¿Cómo identificarlos?
En realidad en muchos casos, la presencia de pólipos en la zona de los intestinos, no produce ningún tipo de síntomas. Esto está causado básicamente al tamaño de los pólipos porque si son muy pequeños, no tendrán efectos al funcionamiento normal de los intestinos. La única manera de identificarlos, en este caso, es a través de los chequeos regulares.
Dependiendo de los pacientes y del tamaño de los pólipos, algunas personas sufren hemorragia rectal. Otras personas pueden tener un cambio en la apariencia de las heces o una diarrea periódica.
Algunos otros síntomas pueden ser: estreñimiento, náuseas o dolor.
Si tienes alguno o varios de estos síntomas, acude a tu médico para que te realice las pruebas oportunas para diagnosticarlos. Algunas pruebas que te pueden realizar son el enema opaco, la colonoscopia, el examen coprológico o la sigmoidoscopia.
Las personas que tengan más de 50 años deben realizarse alguno de estas pruebas para prevenir el cáncer de colon y así poder extirparlos si el médico lo ve necesario.
¿Cómo solucionar el problema?
En caso de que los pólipos puedan convertirse en cáncer, entonces se recomienda extirparlos. Una vez que han sido extirpados, conviene realizarse una colonoscopia de prevención cada 3 – 5 años, para controlar si se vuelven a reproducir.
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