A día de hoy seguro que sabes qué es la varicela, o al menos los síntomas que tiene, ¿no? De todas formas en este artículo queremos ponerte un poco más al día de qué es la varicela, sus síntomas y tratamiento para que estés al tanto de qué debes hacer si tu hijo la padece.
¿Qué es la varicela?
La varicela es una enfermedad muy contagiosa que está causada por el virus varicela-zoster, de la familia o del grupo de los herpes. Esta enfermedad es muy común en los niños no resultando muy grave y además es benigna.
Al ser muy contagiosa, la varicela se propaga de manera muy fácil de persona a persona por la tos, contacto directo o por estornudos. Para que te hagas una idea, el porcentaje de propagación entre los familiares y compañeros de escuela del niño enfermo es del 90%.
¿Cuales son los Síntomas de la varicela?
Como ya hemos comentado, seguro que conoces algunos de los síntomas de la varicela, sobre todo el más visible, que es la aparición de erupciones o manchitas. Estas manchitas suelen comenzar en la zona de la cabeza y de la espalda que después comenzará a propagarse a lo largo de unos tres días. Las zonas más comunes son el cuero cabelludo, la cara, la espalda… incluso pueden aparecer en los genitales y la boca.
Estas primeras erupciones son de color rojo y muy pequeñas. Hay que tener bastante cuidado con los niños porque estas manchitas provocan bastante picor.
Es muy común que la varicela también provoque fiebre, dolor de cabeza y la ausencia de apetito. En algunas ocasiones también produce vómitos y náuseas.
Las famosas manchas rojas terminan por convertirse en ampollas que, una vez rotas supurando un líquido de color claro, después formarán una costra.
¿Cúal es el Tratamiento contra la varicela?
En el momento de que veas las primeras manchas rojas, llévale de inmediato al pediatra, pero infórmale previamente del posible contagio de la misma para que te de cita cuando no haya ningún otro niño, al ser una enfermedad muy contagiosa. Cuando el niño ya está infectado con la enfermedad, no existe tratamiento contra ella. Sin embargo se puede ayudar al pequeño a sobrellevarla a través de antitérmicos y antivíricos específicos que reducirán el picor.
Lo que también puedes hacer es evitar que se rasque para que no arranque las costras. Si lo hace, le dejarán marcas.
Además de esto, hay que realizar una buena higiene, manteniendo siempre que se pueda la piel del niño muy limpia. Para ello dale a diario un baño con jabón de avena, seca bien la piel y corta las uñas.
Como ya hemos dicho, es una enfermedad muy contagiosa, por lo que es mejor que el niño no vaya al colegio o a la guardería durante el tiempo que le dure.
Es conveniente de que lo vistas con ropa de algodón y que le quede un poco holgada, así como evitar que le de el sol pero no el aire.