La natación es uno de los ejercicios más completos y sanos que existe. No supone limitaciones de edad o condición física, por lo que puede ser disfrutado tanto por bebés, como por personas de la tercera edad.
A su vez, resulta ser una actividad maravillosa para un área del cuerpo en particular: la espalda, ya que es un ejercicio de bajo impacto y que tiene una gran cantidad de bondades para esta zona.
Apunta por nadar
Puedes garantizar el cuidado de tu espalda al practicar la natación, ya que entre sus principales beneficios se encuentran:
- Ayuda a fortalecer los músculos y otras zonas de la espalda, lo que ayuda a prevenir lesiones y posibles molestias.
- Aumenta la resistencia.
- Fortalece los huesos de la columna.
- Favorece a la sanación de ciertos dolores.
- Mejora la postura.
- Estiliza y tornea la zona.
- Aporta mayor movilidad, equilibrio y elasticidad.
Y como si esto fuera poco, el hecho de realizar ciertos movimientos dentro del agua puede favorecer a la cura de algunas lesiones, y a percibir una sensación de relajación absoluta, porque se trata de un ejercicio de bajo impacto que, al ser practicado de forma horizontal, no lesiona de ninguna manera a la columna vertebral y resulta muy placentero.
7 consejos básicos
Si has decidido comenzar en la natación, es necesario que tengas en cuenta una serie de recomendaciones para nadar correctamente, y evitar malos movimientos o cualquier tipo de lesión que pueda perjudicar la salud de tu espalda.
- Visita un médico especializado para que te haga un diagnóstico concreto.
- ¡No vayas con prisa! Es importante que evoluciones poco a poco, y que tu cuerpo se vaya adaptando al ejercicio.
- Siempre que estés dentro del agua, intenta mantenerte en posición horizontal. Flotar también es una buena opción.
- Si no sabes cómo realizar un movimiento, no lo intentes hacer bruscamente. Espera por las instrucciones del profesional.
- Comienza por practicarla dos veces a la semana, y puedes aumentar las sesiones a medida que vayas mejorando, o que te lo indiquen.
- Practica los estilos de natación como el “crol” y “espalda”, que no resultan ser tan exigentes para la columna.
- Procura siempre mantente en contacto con un especialista para que vaya monitoreando tu desarrollo y te indique qué actividades realizar y cuáles no.
¿Sirve como terapia para dolores de espalda?
Si sufres de dolencias continuas, sientes una carga pesada sobre ti, o si todo el estrés del día se acumula en esa zona, puede que la natación sea una buena manera de deshacerte de este pesar. Sin embargo, muchos pacientes con estos malestares sufren de casos donde la espalda o la columna, está lesionada y ha perdido estabilidad.
Entonces, si se trata de un dolor persistente y/o insoportable, es crucial consultar con un especialista (fisioterapeuta, médico deportivo o de cabecera, entrenadores, etcétera), puesto que, con un diagnóstico adecuado, puede que el médico refiera la natación terapéutica como posible solución al problema, mientras que en casos más serios, este ejercicio sea contraproducente.